Cuando el hombre prioriza a cualquier cosa sobre Dios, la Biblia dice que es idolatría. En la antigüedad el sol fue objeto de adoración como un dios, este era venerado por su calor, su luz y sus propiedades que facultaban la vida en la tierra, dándole méritos que eran propios de Dios mismo.

Hoy en día son pocos los que adoran al sol de manera religiosa, pero hay muchos que aun ponen su confianza en soles parecidos. Primero debemos conocer al sol para entender esto. El sol es electromagnético irradiando un 42% luz visible, 49% onda infrarroja, 8% onda ultravioleta, y 1% de rayos-x, ondas gamma, y ondas de radio. ¹ La mayor parte de estas ondas son usadas por nuestra tecnología de comunicación moderna.

En la actualidad, ¿Qué tiene alas o bien está en los aires, tiene propiedades del sol, se dibuja como una serpiente, tiene veneno y es amado por sus poseedores? La onda electromagnética en las nuevas tecnologías responde muy bien a esta imagen mística, pues tiene las características mencionadas: va por los aires; emite señales en distintas frecuencias; se la ilustra con dos ondas oscilantes, una para el campo magnético y otra transversal para el campo eléctrico; es dañina para la salud humana; y es muy apreciada por los devotos de la tecnología.

La semejanza entre el sol y nuestra tecnología de comunicación no solo es por el uso de los mismos campos electromagnéticos, sino la atribución de poderes inexistentes. La mayor parte de la publicidad de equipos electrónicos no vende estos, sino que pretende engañar vendiendo una vida mejor, un mejor estatus, una relación amorosa o la felicidad misma. Están de moda los anuncios de celulares que muestran usuarios felices en parques, en playas, y en la naturaleza afín de otorgarle a los equipos cualidades normales y borrar su esencia antinatural.

Cuando ponemos nuestra confianza, dependencia o devoción en algo más que en Dios por definición eso es idolatría. Eso es exactamente lo que muchos hacen con sus nuevos celulares o tablets, al punto de deteriorar sus relaciones familiares y de perderse horas en entretenimiento individual en lugar de pasar tiempos de calidad con sus seres queridos, de tener crecimiento espiritual con Dios, o participar en actividades de ayuda social.

¿Te urge tener el último celular y el más caro? ¿Tienes que ir a todas partes con tu celular en el bolsillo o cartera? ¿Tu celular es tan importante que necesitas tenerlo prendido en la reunión de la iglesia? ¿Tu celular es lo primero que haces cuando te sientas en una mesa? ¿Duermes con tu celular para no perderte ningún mensaje de las redes sociales? ¿Dependes de las redes sociales en internet para tu vida social? ¿Puedes vivir sin entrar a Facebook? No son necesarias más preguntas para darse cuenta cuales son los nuevos dioses electromagnéticos. Es sorprendente la cantidad de analogías que se pueden hacer entre el amor a las nuevas tecnologías electromagnéticas y la idolatría al sol. Piensa en otras más y compártelas.

Antiguamente los ídolos eran dibujados o esculpidos, no tenían movimiento. Hoy los ídolos más cautivantes ya no son de madera, son más complejos y prácticamente pueden hablar por medio de la tecnología. Incluso una imagen parlante puede matar por medio de un dispositivo electrónico con la capacidad de aumentar o cambiar significativamente la frecuencia emitida por la antena del aparato. En la investigación militar secreta esto se conoce cómo tecnologías de guerra neurológica, de manera remota podrán en un futuro no lejano infiltrar las antenas de celular instaladas en una ciudad y generar frecuencias que sometan a toda una población, así como activar dispositivos más cercanos a los usuarios que emitan frecuencias de muerte inmediata. ⁵ Actualmente la intensidad de las frecuencias electromagnéticas no son tan potentes como para matar a personas de manera inmediata, pero son lo suficientemente tóxicas como para confundir, deprimir y enfermar a las personas. ⁶

“Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.” Apocalipsis 13:15