¿Somos lo que vemos?
Definitivamente somos más de lo que podemos ver. Tenemos tejido en nosotros un alma y un espíritu. 1ª Tesalonicenses 5:23 aclara que somos de tres partes de las cuales nuestros ojos sólo ven una, “ Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo ”. En el plano de la energía todo voltaje en movimiento tiene un campo eléctrico y un campo magnético. Si nos acercamos a cualquier cable suministrando corriente eléctrica este tendrá algo parecido a un globo de energía invisible alrededor del mismo. Esto es comprobable con medidores especializados y no es ningún misterio.
Otro ejemplo de un campo de energía invisible es el imán, este no es sólo lo que vemos, sino también el campo magnético que es el espacio que lo rodea. Este campo magnético es la naturaleza invisible del imán para poder atraer a otros objetos metálicos hacia sí mismo. El imán es más de lo que se ve. De igual manera la mente es más que el cerebro. Algo de nuestro espíritu y alma esta tejida en esta área de nuestro cuerpo invisible, de manera que los campos electromagnéticos afectan el estado de comportamiento neurológico.
El cerebro tiene un campo electromagnético alrededor, 1 este campo se produce porque en el cuerpo hay corriente por todos lados, de lo contrario no podríamos mover una pantalla táctil con el dedo. No se puede mover los iconos de una pantalla táctil con un material que no conduzca electricidad; ya que el propio voltaje del cuerpo da la señal a la pantalla del ordenador del celular o de la tablet. Ese dedo no solamente tiene una chispa de electricidad, sino que contiene un campo de energía alrededor que se llama un campo bioenergético Nuestro cuerpo tiene propiedades electromagnéticas como todos los seres vivos, es decir que es parte de nuestra naturaleza, por lo que debemos cuidarlo de la contaminación electromagnética.
Somos muy parecidos a un celular. Así como tiene una carcasa (hardware), y un programa (software) y una batería con energía para que transmita las ondas, nosotros tenemos un cuerpo, un alma (programa ADN), y un espíritu (nuestra fuente de energía/vida). Encontrar estas similitudes no debería hacernos más amigos, sino desconfiar aún más, porque estamos en peligro con un potencial enemigo sin saberlo.
Sobre el Autor
Rodrigo Arteaga Trigo es Mgr. en Diseño de Sistemas Interactivos Digitales
y especialista en radiación electromagnética, e impulsor de la empresa
Bienestar Ocupacional de salud y prevención electromagnétitca.